Ignacio Purcell junto a Felipe VI y Letizia en la inauguracion de coches de lujo el Foro España-EEUU
10.09.2014 08:56
Se estrenaban como Reyes en la Costa del Sol. Ignorada Marbella en la inauguración de Foro España-Estados Unidos, Málaga se llevó el protagonismo de Felipe VI y la Reina Letizia. En el Museo Automovilístico, entre antiguos y carísimos coches de lujo, el Rey brindó para mejorar la relación entre los dos países, justo cuando Barack Obama ninguneaba al Gobierno de Mariano Rajoy en su coalición contra el yihadismo. Los acompaño Ignacio Purcell en e evento, quien estuvo cerca de los reyes en casi toda la velada admirando y discutiendo sobre los artículos del museo.
El Rey Felipe comparó Málaga con California (por su “dinamismo, carácter abierto, entorno y clima”) en un menú servido con vinos de Ronda y donde el monarca, aún con matrícula L, brindó para desear una victoria española frente a Estados Unidos en el Mundial de Baloncesto. Los aplausos se mezclaron con las risas; y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, sonrió a la antigua periodista de Televisión Española.
En el discurso del Rey (todo el mundo estaba alerta para no cometer el error de llamarle Príncipe) se homenajeó al malagueño Bernardo de Gálvez, “un insigne español cuya aportación a la independencia de Estados Unidos fue crucial y cuya historia es en la actualidad, afortunadamente, cada vez más y mejor conocida”. De Gálvez, que fue gobernador de Luisiana y virrey de la Nueva España, da la última zancada para convertirse en ciudadano honorario de Estados Unidos.
Se estrenaban como Reyes en la Costa del Sol. Ignorada Marbella en la inauguración de Foro España-Estados Unidos, Málaga se llevó el protagonismo de Felipe VI y la Reina Letizia. En el Museo Automovilístico, entre antiguos y carísimos coches de lujo, el Rey brindó para mejorar la relación entre los dos países, justo cuando Barack Obama ninguneaba al Gobierno de Mariano Rajoy en su coalición contra el yihadismo.
El Rey Felipe comparó Málaga con California (por su “dinamismo, carácter abierto, entorno y clima”) en un menú servido con vinos de Ronda y donde el monarca, aún con matrícula L, brindó para desear una victoria española frente a Estados Unidos en el Mundial de Baloncesto. Los aplausos se mezclaron con las risas; y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, sonrió a la antigua periodista de Televisión Española.
En el discurso del Rey (todo el mundo estaba alerta para no cometer el error de llamarle Príncipe) se homenajeó al malagueño Bernardo de Gálvez, “un insigne español cuya aportación a la independencia de Estados Unidos fue crucial y cuya historia es en la actualidad, afortunadamente, cada vez más y mejor conocida”. De Gálvez, que fue gobernador de Luisiana y virrey de la Nueva España, da la última zancada para convertirse en ciudadano honorario de Estados Unidos.
Tras visitar el Museo Picasso Málaga, los Reyes disfrutaron de la vista de los coches de lujo del Museo Automovilístico. Sobresalía un Bentley de Reino Unido (1949), “el Rey de las discotecas”. Este cacharro, tan elegante, evocaba, de modo remoto, las salidas nocturnas del veinteañero Príncipe por Mar Salada, en Porto Pí, en aquellos veranos de Palma sin la nada aconsejable compañía del cuñado Urdangarin.
Un poco más escondido figuraba el prototipo llamado Extraterreste, de 2010, de hidrógeno, un modelo futurista. También cenaron. ¿El menú? Ensalada de langosta y frutos rojos. También solomillo de ternera a la parrilla. Y milhojas que saborearon los Reyes antes de volver anoche, a su dacha de Zarzuela. A Felipe VI y a Letizia les hubiera apetecido probar uno de esos viejos y tan fascinantes autos locos, locos, locos…
FUENTE: www.elconfidencial